Si el lunes os hablamos de 10 piedras preciosas y sus propiedades, hoy vamos a compartir 3 métodos eficaces para elegir vuestra propia piedra personal.
¡Por fin es viernes! Así que vamos con una entrada ligerita de esas que os gustan, además ahora que posiblemente tengáis un ratito libre este fin de semana, podéis aprovechar para poner en práctica lo que os vamos a contar…
Uno podría pensar que la mejor forma de elegir una piedra es informarse bien de las características de cada una de ellas y basándonos en eso, elegir la que creamos que más nos conviene, y si bien es posible, hay otras formas de hacerlo igualmente válidas, siendo uno mismo el que debe elegir el método que prefiera.
Lo primero a tener en cuenta es que al igual que nosotros cambiamos, nuestros gustos y necesidades también lo harán, por eso no hay que preocuparse demasiado en elegir una piedra u otra, porque seguramente debamos cambiarla dentro de un tiempo y así continuamente.
También es posible que algunas personas elijan su piedra personal y la mantengan toda la vida, quizá el poder de esa piedra con el individuo sea muy fuerte y no exista la necesidad de cambiarla.
Cómo elegir nuestra piedra personal
Para elegir nuestra piedra personal el primer paso será ir a un establecimiento donde las vendan (o incluso visitar una tienda online si lo queremos hacer desde casa). En seguida, cuando estemos viendo los distintos productos, habrá unos que nos atraerán más que otros aunque no podamos explicar muy bien por qué: quizá te guste el color, quizá te parezca más bonita o te veas reflejada en ella, es importante estar atentos a lo que nos vaya diciendo nuestro instinto.
Método 1 – Por instinto
Podéis colocar delante de nosotros el catálogo de piedras y antes de mirarlo, cerrar los ojos, controlar la respiración y concentrarnos para sentirnos guiados hacia la que será nuestra piedra personal. Cuando abramos los ojos, la atención se dirigirá hacia una de las piedras y será la elegida.
Método 2 – Por reflexión
Otra opción es informarte bien sobre las características de cada una de las piedras preciosas más comunes y valorar toda la información, eligiendo finalmente una según el objetivo que queramos conseguir o la etapa en la que nos encontremos en la vida.
Método 3 – Por azar
Por último, podéis colocar las piedras preciosas delante de vosotros y, cerrando los ojos, elegir una sin haberlos abierto, concentrándoos en que haréis la elección correcta para la piedra personal que necesitáis. Una vez la hayáis elegido, abrir los ojos, comprobar la elección y pasar a buscar información sobre la misma, os dará una pista o guía de por qué esa y no otra.